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viernes, 27 de julio de 2007

Comentario de Cine "Secretos Intimos"

Secretos íntimos




lanacion.cl Sábado 21 de julio de 2007


Por JOBLAR

¿A quién prefiere? ¿A Kate Winslet o a Jennifer Connelly? Dejando de lado el hecho que ambas son excelentes actrices, concéntrese sólo en los personajes que encarnan en esta comedia negra y ambigua de Todd Field, en la que también se lucen Patrick Wilson y Jackie Earle Haley (nominado al Oscar y ganador de varios otros premios por su interpretación).

Son dos los temas transversales: la redención y el sentido de la responsabilidad.

En ese suburbio, aparentemente perfecto de día, se estructura una sociedad perversa e insatisfecha. Una documentalista (Kathy) que mantiene económicamente la casa mientras que su esposo Brad (incapaz de rendir su examen para ser abogado) es niñero y cocinero. Una dueña de casa (Sarah) con una buena situación económica, pero insatisfecha como mujer, sobre todo desde el punto de vista sexual (al punto que su marido se masturba mirando a una pornodiva en la red). El encuentro entre Brad y Sarah – fomentado por tres jefas de hogar aburridas de sus propias existencias y de las ajenas– es inevitable. Sus encuentros eróticos, mientras sus respectivos hijos duermen siesta, saben más de pesar que de placer.

Además, la apacible existencia de la comunidad se ve remecida por el regreso de un exhibicionista que ha cumplido su condena. La campaña en su contra la organiza un ex policía, que perdió su puesto por asesinar a un niño. Acaba de ser abandonado por su mujer y desahoga su fracaso jugando rudo fútbol americano con sus antiguos colegas. Basta que el psicótico hombrecillo aparezca en la piscina para que todos escapen dejándolo sólo en medio de ella, desde donde es escoltado por la fuerza pública.

Se trata de una sociedad tan enferma como la que se ve en "American Beauty", con la diferencia que aquí la batuta la llevan las mujeres y que los hombres se comportan como niños pequeños (el título original es "Little Children"), incapaces de madurar. Incluso el romántico intento de fuga aborta por culpa de un skateboard.

En un momento de la trama, se cita a "Madame Bovary", que sirve para ejemplificar las emociones prohibidas que subyacen al rostro maligno de la perfección. La infidelidad y el escepticismo no son más que dos aspectos de una sociedad más psicopática que el autodestructivo exhibicionista que, con su bajísima autoestima, arruina las pocas oportunidades que se le ofrecen.

La sensación de irresponsabilidad, que exuda de los acontecimientos que nos toca ver, sobrepasa la posibilidad de redimirse en un futuro que aún está por construirse. Una sociedad enferma, como la que se nos presenta, está siempre lista para cometer errores. Una esposa evita el contacto con el marido poniendo al hijo entre ellos en la cama, pero después se mete debajo de la mesa para comprobar su cónyuge lo engaña con la vecina. Un presunto defensor de los débiles provoca sólo muertes. Y -¿por qué no?– es el microsistema que explica por qué una sociedad aparentemente pacífica es capaz de iniciar guerras sangrientas de las que sólo saber regresar derrotada.

%azu%Little Children. Estados Unidos, 2006)

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